
Desde los dos hasta los cinco años, los chicos inician su contacto con el objeto libro, por eso es fundamental que lo hagan en un entorno de afecto y de goce por la palabra (oral o escrita). Se sugieren los libros informativos y con juegos que estimulan su curiosidad por el mundo y favorecen la adquisición de vocabulario. Disfrutan de los cuentos centrados en un personaje fácil de reconocer y con el cual puedan identificarse (chicos, animales); los textos con ritmo y rima (canciones, poemas, disparates, trabalenguas, nanas); las historietas cómicas y, muy especialmente, las ilustraciones coloridas. El lenguaje debe ser sencillo pero poético.
De los seis a los ocho años aparecen los porqués y las preguntas insólitas. Experimentan terrores personales que deben ser atendidos por los adultos. Ya han desarrollado el concepto básico de la narración y disfrutan de todo tipo de relatos. Se sienten atraídos por los cuentos de animales, de princesas y hadas, las historias familiares y las fantásticas.
A partir de los nueve y hasta los doce, los chicos afirman su independencia y disfrutan participando en juegos de equipo.Les encanta las novelas de amor, ciencia ficción, las aventuras de pandillas, las historias de detectives y fantasmas. Se sienten atraídos por las figuras de los héroes. A esta edad pueden conjugar la realidad y la fantasía en partes iguales.
La adolescencia es una etapa de crisis, rebeldías y transformaciones, pero también es la edad signada por los descubrimientos y una sensibilidad en expansión. Una conducción adecuada y una propuesta amplia que le permita explorar diferentes tipos de géneros y temáticas resultan decisivas para la formación de un lector autónomo, libre, competente y que experimente el placer de la lectura.
Fuente: "¿Cómo acercar a los chicos a la biblioteca?: guía para bibliotecarios". Buenos Aires: Alfaguara; Santillana, 2001.
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